Vacaciones | ¡Al agua, patos!

El verano es la época ideal para acercarnos con los chicos al medio en el que nacimos y que nos conforma en un 70%. Aquí, cómo aprenden a nadar los más pequeños, los cuidados a tener en cuenta en el río, el mar o la pileta y algunos juegos para zambullirse a la cuenta de... ¡tres!

Todo nos invita tirarnos al agua: el calor, el tiempo libre, las ganas de aprovechar a compartir más con los chicos y la sensación de paz que nos queda luego de hacer la plancha o sumergirnos un rato. En ella se originó la vida del planeta, es el elemento que compone el 70%de nuestro cuerpo y el primer medio en el que todos habitábamos antes de nacer.Por eso para los chicos es tan placentero, natural y necesario volver al agua,disfrutarla, aprender a desplazarse o nadar y estar atento a los cuidados. En esta nota, buceamos en las profundidades de los aprendizajes que los chicos incorporan -como peces- jugando.

El que quiera nadar un rato
Si bien existe la natación para bebés, es recién a partir de los tres años que los chicos pueden tomar clases solos. "Todo se trabaja a través del juego-explica Sandra Yudchak, quien desde hace 18 años dirige la escuela de natación Glups- lo que en algún momento será la brazada de pecho la hacemos jugando a revolver ollas gigantes de fideos o soplamos un velita de feliz cumpleaños al agua para ejercitar la respiración". La pileta es llamativa por sí misma ya que ningún chico tiene una igual en casa y lo que no se animen a probarlo ahí,tendrán que esperar a experimentarlo la semana siguiente. "Ellos son inteligentes y si se sienten cuidados, mirados y contenidos probablemente prueben lo que el profe le propone", señala la entrenadora, a la vez que cuenta que a veces se produce un retroceso normal en los chicos que se sienten ya muy sueltos y seguros, algo similar a lo que sucede cuando están aprendiendo a caminar y vuelven a buscar la pierna del adulto. En ese momento es importante el estímulo que pueda tener en casa alentándolo con frases como justo ahora que estabas aprendiendo tan bien. Si el padre o la madre le preguntan,probablemente el chico en ese momento decida escapar por la tangente y no seguir el desafío. “Pero nosotros los alentamos a que sigan –aclara Yudchak- a que les muestren a sus padres un logro como puede ser tirarse de palito y caer dentro del aro o superando los flota flota. Y cuando ese chico lo hace, recibe el aplauso de sus compañeros, la felicitación y el brindis con jugo esa noche en la casa porque lo consiguió, siente mucho orgullo de sí mismo y luego es él o ella quien le pide más desafíos a su profesor".

Miedos propios y ajenos
Son muchos los padres que reconocen tener miedo al agua y como no quieren que sus hijos hereden esa conducta prefieren que aprendan a sentirse cómodos en ese medio desde pequeños. En esos casos, se les sugiere a los padres también tomar alguna clase para ir perdiendo paulatinamente ese temor y tener una herramienta importante en el caso de los nunca deseados accidentes (ver recuadro Mirada atenta...).
Otra situación desagradable que suele suceder en el agua, y que muchos adultos minimizamos sin mala intención, es que cuando un chico traga un poco de agua(lo mismo sucede cuando se cae) rápidamente decimos bueno, no pasó nada, ya está. Pero la manera más sensata de acompañarlos sería explicándoles la situación, diciéndoles que es muy feo lo que les pasó, que se equivocaron de gesto bajo el agua y en vez de cerrar la boca la abrieron y por eso tragaron líquido, que seguro tienen un gusto feo en la boca y les pica la garganta o tiene tos. Y se puede dar al niño un vasito de agua o jugo para quitar esa fea sensación.

Pautas claras como el agua
Más allá de los traspiés que siempre hay, es fundamental que el primer contacto con el agua -especialmente en los más chiquitos- sea amoroso, lúdico y con la posibilidad de que el niño se anticipe a lo que va a suceder. Así, no es gracioso que un adulto lo empape con un balde de agua pero si le dice que cadavez que canten la canción del chorrito viene la botellita y se tiran un chorrito en la cabeza, eso pasa a ser un juego, anticipado y divertido."Las pautas deben ser muy claras porque eso les permite a los chicos acatarlas más rápido -señala la directora de la escuela de natación Glups y ejemplifica: "nos tiramos a la cuenta de 3, si no respetaste el turno, vasa tener que esperar una vuelta, eso hace que no tengamos que estar retando ni enojándonos". Algo muy común es que los chicos en las clases se mojen entre sí. Una forma pedagógica de enseñarles a respetar los gustos de los demás es no reprimir al que está mojando al compañerito sino incentivar al que está siendo mojado a que diga si le gusta o no. Y si a ese no le gusta, quien moja puede buscar a otro que sí quiera recibir un chorrito de agua. Y si ya a nadie le gusta ese juego, probar con otro juego donde todos vuelvan a pasarla bien.

 

 

Mirada atenta 
por Sandra Yudchak, directora junto a Paula Erlich de la escuela de natación Glups www.glups.com.ar
- la mirada adulta sigue siendo fundamental, aunque el chico nade desde hace años; tampoco la hermanita de 8 puede ser responsable del pequeño de 4; ambos siguen siendo niños
- entrar previamente al río y pisar para comprobar si en la parte bajita no hay pozos ni objetos que puedan lastimar los pies
- se puede estar charlando en la orilla, pero nunca dejar de mirarlos
- si uno se siente más seguro se pueden poner flotadores de brazos (no son elementos usados en las clases de natación, que buscan lograr la autonomía y soltura del niño pero sirven si los padres se sienten más relajados)
- siempre es bueno conversar con el guarda vidas (especialmente en el mar) que sabe cómo están las aguas cada día
- en las piletas de las colonias, asegurarse que la cantidad de niños por docente no sea excesiva evita empujones, resbalones y pasar un mal momento

Juegos pasados por agua
- el canguro: el papá toma al niño a upa y lo lleva hasta la otra punta de la pileta donde lo está esperando la mamá, que tiene que volver saltando con el niño encima.
- pared errada: si ya está en condiciones de trasladarse solito, los papás vana tocar una pared y luego dicen ¡ah no, me equivoqué! era la otra pared;así, los ayudamos a manejarse autónomamente sin la necesidad de sostén del canguro.
- poner un aro en el agua y tirarse adentro.
- agarrar una tablita y jugar al mozo: evitando que las cosas se caigan se trabaja el equilibrio.
- tirar tapitas de gaseosa (flotan) y juntarlas en un baldecito por color.
- buscar el tesoro: para los que ya se sumergen se pueden tirar objetos con peso (si metemos los potes de postrecitos al horno durante unos minutos se derriten y quedan como disquitos que se hunden).
- limpiar el campo: poniendo una soga que divida en dos la pileta, hay que llenar de la misma cantidad de pelotitas las dos mitades y gana el que tira más pelotitas al campo contrario.

Un chapuzón de salud
por Liliana Shapiro, psicopedagoga especialista en educación y crianza lilianashapiro@gmail.com
Algunos beneficios del agua:
• Tiene efectos sobre el organismo en general, así como en lo neuromotor, emocional y socio-afectivo.
• Le provee un ambiente diferente donde puede experimentar reacciones,sensaciones y emociones nuevas y remitirnos a las sensaciones intrauterinas donde este líquido amniótico nos protegía de posibles agresiones externas, nos mantenía a una temperatura constante y nos permitía movernos y desarrollar músculos y pulmones. Por esto es que provoca relajación, bienestar y sensación de paz.
• Le facilita al niño el reconocimiento de su esquema corporal, le permite tener mayor confianza y aumentar las posibilidades de respuesta motriz y sensorial y expresión corporal.
• Favorece la autoestima, la socialización y la relación del niño con los otros.
• Influye sobre su postura y control motor, permitiéndole percibir mejor su cuerpo y lograr moverse con mayor eficiencia.
• Aumenta la fuerza muscular, la resistencia y la flexibilidad.
• Mejora la coordinación y el equilibrio.