Canciones de cuna: Arrorró mi sol

Una tradición que sobrevive al estrés, los apuros, el cansancio diario y se renueva. Susurros que alguna vez nos calmaron, nos acompañaron o divirtieron, los cantos de cuna son una pausa necesaria para que grandes y chicos entremos mejor al mundo de los sueños. 

Los padres se turnan cada noche: cuando Ariel lava los platos, se encarga también de acostar al hijo más grande y Roxana se va un rato antes con el chiquito de cuatro, que pide siempre una canción después del cuento. “Cantá bien mamá” –le dice acostado, no porque la madre desafine, aunque lo haga, sino porque el cansancio de un día cargado de trabajo y preocupaciones y cosas aún por hacer la vence y a ella se le mezclan los versos y arrastra las letras másde lo que la melodía pide. Hasta que se queda dormida antes que él. Roxana va variando el repertorio según el niño crece, pero sabe que las canciones de cuna siguen funcionando tanto como cuando era bebé. Siguen siendo un mimo, un momento del que ella disfrutaba con su padre y ahora comparte con sus hijos. Es que los arrullos y susurros tarareados al oído sobreviven desde hace siglos en cualquier lugar como una forma eficaz, tierna y cariñosa de acompañar a los chicos al mundo de los sueños.
 

Gozar el sonido
Para la escritora Elsa Bornemann las nanas infantiles son las primeras poesías que escuchamos cuando somos bebés y nos producen un inmenso placer aunque no comprendamos aún el sentido de las palabras. Estos cantos representan la lengua materna en su forma más elemental y emotiva y sirven tanto para inducir a los niños al sueño, como para aliviarles algún dolor, como acompañamiento de un simple juego de balanceo o sencillamente para alegrarlos con rimas breves, a menudo sin sentido, y con una melodía graciosamente monótona (en Poesía, Ed. Biblioteca práctica pre-escolar).  
La producción de canciones es vastísima. Existe un cancionero tradicional,transmitido en nuestro país de generación en generación, conformado en muchos casos por poesías populares españolas, cancioncillas religiosas y obras del rico folclore latinoamericano. Las letras suelen ser sencillas pero profundas:a veces son juegos de palabras sin un sentido narrativo y otras hablan de alegrías o penas, del trabajo y la falta de trabajo, de los ángeles que los cuidarán a los chicos en la noche o –rara forma de relajarlos- del diablo, lobo o coco que vendrá a comerles la patita a los no se duerman. 
Para los padres que sienten que les gustaría cantarles más arrullos a sus hijos, o recordar los que a ellos les cantaban antes o conocer las obras compuestas para los tiempos que corren, existen muchas alternativas para aprender canciones. Porque no importa cómo se cante sino lo que uno entrega en ese acto amoroso.

De ayer y de hoy
En el sitio arrorrolullabies.com.ar puede verse un proyecto que comenzó en 2009 recopilando canciones de cuna de distintos lugares de Argentina, Latinoamérica y el mundo en el que hay personas de distintas colectividades,profesiones y sectores sociales cantando sus nanas. También está la opción deque cualquier usuario del mundo suba sus propias grabaciones caseras así que el archivo se sigue ampliando bajo de consigna de Cantar-Recordar-Compartir. 
El cd Canciones de cuna surgió de unproyecto de Casa de la Cultura de la Calle en el que más de 150 chicos compusieron letras que luego fueron grabadaspor artistas del rock como Luis Alberto Spinetta, Ricardo Mollo y Fito Páez,entre otros. Puede consultarse en  www.cancionesdecunaccc.com.ar
Son especialmente ricos los trabajos que los músicos infantiles locales han hecho sobre estos cantos. Como se trata de creadores independientes muy abocados a la calidad de lo que ofrecen y no a los hits comerciales, sus cds no suelen tener difusión masiva pero bien vale la pena conocerlos (ver recuadro).
Sebastián Monk (tempranamente fallecido en 2011) pertenecía a este grupo de autores y sostenía una idea respecto de la música infantil en general que puede extenderse a las canciones de cuna en particular: “No creo que exista la música para chicos en sí misma sino que es música con una cierta ingenuidad que a los adultos nos sensibiliza y nos permite compartirla con ellos con ternura”. 
Por eso las nanas sobreviven a los modos electrónicos de entretener a los chicos al irse a dormir, al cansancio, la falta de memoria de las letras o las voces “desafinadas”: porque siguen siendo un espacio de disfrute íntimo y de compartir el amor, un momento que enriquece tanto a quien oye como a quien canta.  
 


Recuadro
Para escuchar y cantar
-  Dulce de noche
, un cd recientemente editado con una cuidada selección de canciones tradicionales y clásicos del rock como Plegaria para un niño dormido Príncipe azul. Participan Luis Pescetti, Mariana Baggio y Martín Telechanski, entre otros.
Nuevas canciones para niños sin sueño Canciones con nombre de niño, son los dos discos delicadísimos que dejó Sebastián Monk, con muchos arrullos interpretados por los más destacados artistas del folclore actual como Luna Monti, Juan Quintero, Teresa Parodi, entre otros.
Luna con duendes, es un disco-libro de editorial Capital Intelectual con canciones de distintas culturas en las voces de Mariana Baggio y Teresa Usandivaras de Los Musiqueros.
Canciones de cuna, un recorrido por Latinoamérica que la cordobesa Coqui Dutto propone como una manta de sonidos que arropa y cobija.
Ruidos y ruiditos 4, la tradicional serie de una de las pioneras: Judith Akoschky.
Meu neném, del prestigioso grupo brasileño Palavra Cantada, un disco lleno de la sonoridad mágica de la kalimba y las sonajas, donde las voces suaves cantan y encantan. 
El duende de los sueños, poemas de Elsa Bornemann musicalizados con ritmos folclóricos argentinos por el santafecino Raúl Manfredini.
Canciones de cuna a los niños del mundo, de Patatín Patatero, con arrorrós en inglés, español, mapudungun, portugués, ruso, camerunés, idish e italiano y sus respectivas traducciones.
Estas, y otras perlitas de la canción infantil que no se encuentran fácilmente pueden conseguirse en www.musicanuestra.com.ar

 

publicado en Revista La Valijita/Billiken, abril 2013.