Entrevista a Isol: "Es bueno que los chicos vean diferentes criterios de dibujos"

 

Es una de las artistas plásticas más reconocidas de la actualidad, con una prolífica publicación de libros –aquí y en el exterior- que ella misma ilustra, escribe y diseña. En esta entrevista, habla de su última obra y del placer de ver bellos dibujos.

 

Hace apenas unos meses que presentó su última producción, Nocturno, en la Feria del Libro y ya está agotada. No es para menos porque la pieza en sí es una cuidada obra plástica de magia y arte: un recetario para tener sueños variados que la autora ideó a partir de sus ganas de usar una tinta fosforescente que brilla en la oscuridad y que muestra misteriosas imágenes ocultas una vez que apagamos la luz. Está contenta, porque el libro fue una apuesta creativa sin fórmulas de éxito asegurado que viene funcionando muy bien, tanto en Argentina como en México y Europa, mercados donde es reconocida y fue varias veces premiada como una de las ilustradoras infantiles más prestigiosas. Los papás de sus lectores le cuentan que los niños piden todas las noches el libro luminoso para poder descansar mejor y se ríe de la paradojal coincidencia de que esto suceda justo ahora que ella no puede pegar un ojo, porque acaba de ser mamá. Isol Misenta nos recibe en un estudio de lápices y óleos de colores para compartir una de sus múltiples pasiones artísticas: hacer libros-álbum poética y estéticamente bellos.

 

¿Cómo surgen las ideas de tus trabajos?

En el caso de Nocturno fue porque quería usar esa tinta que brilla en la oscuridad para tener un efecto sorpresa en la segunda lectura. Pero luego tuve que pensar cómo usarla y cómo hacer una estructura que ayudara narrativamente y que fuera simple de manipular. Otro proyecto en el que el formato es distinto a un libro habitual fue Tener un patito es útil; de hecho en la editorial (Fondo de Cultura Económica) tardaron varios años en aprobarlo porque son propuestas que requieren más inversión y riesgo. Por lo general me viene una imagen con una frase y a partir de ahí voy desarrollando la historia. Me gusta que las ediciones sean de calidad para que se pueda disfrutar del hecho plástico, así como uno disfruta de la musicalidad de las palabras en la poesía, más allá de lo que narre. Hago los libros que a mí me gustaría tener y quiero que los lectores puedan saborear la obra gráfica por cómo está hecha, por cómo funciona. No los subestimo.
 

¿Qué sería subestimarlos?

Hacer algo blando, algo que ya viste 80 veces y no tiene ni sorpresa ni complejidad. Eso para mí es dar un producto pobre. O dibujar formas estereotipadas pensando que si no hacés el perrito “como tiene que ser” los chicos no lo van a entender. Será que a mí de pequeña me marcaron las ilustraciones de los Cuentos de Polidoro (del Centro Editor de América Latina) que tenían dibujos muy locos que quizás no se entendían bien visualmente pero eso no los anulaba; al contrario, les daba un misterio. Es bueno ampliar un poco, que los chicos vean diversos criterios de dibujo porque también les da herramientas para decir “yo puedo hacer diferentes tipos de cosas”, no es que hay una sola manera de hacerlo, siempre con colores fuertes o caritas sonrientes.
 

Teniendo en cuenta que hoy la oferta editorial se amplió, ¿cómo pueden los adultos elegir un buen libro-álbum para niños? 

Lo primero que les diría es que se tomen un poco de tiempo para mirarlo con curiosidad. También escuchar a otros que te recomienden, que te muestren algo diferente y darse un tiempo para ver qué pasa. Y que algo del libro lo divierta o le dé misterio porque lo va a compartir con el nene y si a él no le pasa nada es muy difícil que eso sea divertido o atrapante para el niño. Eso es fundamental y sucede hasta con el libro más idiota: si el papá se divierte le puede inventar cualquier cosa al nene. Ahí tengo unos libros horribles de la ducha ¡que los leés con onda y parecen lindos! Otro criterio es tratar de no tener todo igual, no comprar sólo lo comercial, animarse a probar con algo que parezca medio raro, investigar para que el nene  tenga diferentes opciones plásticas.
 

¿Qué aporta el arte plástico al imaginario del niño?

Ampliar la sensibilidad te sirve para pasarla mejor en la vida. Aprender a ver y disfrutar de un hermoso paisaje, por ejemplo, hace que la vida sea mejor. Es así de simple para mí o al menos así lo vivo yo: hay canciones y libros que me hicieron feliz, que le dieron palabras a situaciones que no comprendía, que me inspiraron. El arte quizás te puede iluminar un día, un mes o darte sutileza en tu contacto con el mundo. Porque todas esas obras están hechas por otra gente que sacó afuera cosas sutiles e íntimas. Es un regalo tener eso a mano y una pena desperdiciarlo porque prendemos la tele. El libro y la obra plástica son algo silencioso -una cuestión que últimamente cuesta porque vivimos a los gritos- y es uno el que imprime el ritmo para percibir los colores, las líneas, las formas. Claro que hay que tener tiempo de conversar con las obras pero quizás es importante darse ese tiempo porque el buen arte es sanador y liberador. Es como disfrutar de un  plato rico en vez de comer siempre hamburguesa: te amplía el mundo.

 

RECUADRO

Seres inquietos e inquietantes

Sus libros critican con gracia e ironía las posturas adultas rígidas y los modelos de consumo y belleza fomentados por la publicidad: El globo cuenta de una niña con madre gritona, Secreto de familia habla de otra que se avergüenza de la suya, La bella Griselda acaba con el esclavizador sueño de la princesa perfecta, Tener un patito es útil permite el ejercicio de empatizar con el otro, Mi cuerpo y yo (sobre poesía de Jorge Luján) filosofa sobre la materia y el espíritu y Nocturno inspira sueños profundos.

Para ver su bibliografía completa www.isol-isol.com.ar / isolisol.blogspot.com

 

Publicada en Revista La Valijita/Billiken, setiembre 2012.