Entrevista a Luis Pescetti: La canción incorrecta
Recientemente ganador del Grammy Latino a la mejor producción musical para niños, el prolífico y multipremiado escritor y compositor presenta su nuevo cd en el que -fiel a un estilo que combina sensibilidad, inteligencia y humor- no deja de cantarle a la zona menos ideal de la infancia.
Luis Pescetti charla entusiasmado. Le gusta compartir sus lanzamientos 2011 que incluyen, además de un nuevo disco para niños, un dvd doble en el que recita prosa poética acompañado del folclorista tucumano Juan Quintero y el último libro de la desopilante serie Natacha. Y cuenta por qué la canción infantil no debe nombrar sólo aquello mágico e ideal de la vida sino también las cuestiones que más nos duelen.
A fines de 2010 recibiste el Grammy Latino compitiendo con una producción de Disney, ¡qué reconocimiento!
Sí, sentí sorpresa y alegría porque premiaron a un hombre solo con su guitarra frente a una gran producción con orquestación. Cuando quedé nominado pensé “será que necesitan compensar cosas muy industriales con otras de factura más artesanal” pero no tenía prejuicios con el premio. Y cuando gané me sirvió para ratificar mi idea de mantener la mente abierta.
¿Creés que hoy la música para niños es más valorada?
Por un lado, creo que la calidad está mejorando porque cada vez más músicos trabajan por elección y no porque no consiguieron entrar en el circuito de música para adultos. Por otra parte, el gran cambio es que antes se tenía un hijo y era “nos encontramos cuando tengas 6 años”, cuando esté la palabra. Ahora ya hay una interacción desde el curso de preparto, una interacción entre los padres, entre sí mismos viéndose como padres y con el bebé. Entonces hay un vínculo distinto con alguien a quien en parte se lo reconoce como un par, un par que va a crecer pero que ya se le da el lugar. Junto con ese cambio en la manera de ver al niño cambiaron las producciones musicales.
Tanto en tus libros como en tu forma de componer canciones planteás la importancia de no mostrarles a los niños sólo el aspecto ideal del mundo.
Pienso que como compositor tenés todo el derecho de decir en una canción cómo te gustaría que fuera el mundo y expresar todo el anhelo de ilusión, de magia y de amor. Pero lo que no podés es decir “el mundo es así”, si no es solamente así. Entonces, en la canción Tengo mal comportamiento –que da nombre al cd- hablo de un chico que reconoce que se porta mal, que tiene un impulso que no puede manejar y no se siente bien.
En algunas canciones o chistes también te ponés del lado de los padres, especialmente cuando ya no saben qué hacer frente a una situación con los hijos…
Es hermoso que hablemos de emociones y mundo ideales siempre que no dejemos de lado las otras experiencias, como cuando tu hijo te cansa o no sabés que hacer. Esos sentimientos están menos aceptados y cuando los tenemos creemos que somos malos padres. Por suerte uno puede intercambiar experiencias y ver que a otros les sucede lo mismo y que tenés derecho a sentirte así y a decirlo pero sin ser violento con los niños. Vos tenés derecho a estar cansado, en un momento, de una relación. No tenés derecho a expresarlo de una manera que sea hiriente porque sos el papá y estás a cargo. Si podés decir “¿me das cinco minutos durante cinco siglos?” y ahí le estás dando una idea de la dimensión de cuánto te cansó (risas).
¿Se puede hablar de todos los temas con los niños a través de las canciones?
Mi límite es un cierto pudor personal, cuestiones en las que no me encontraría cómodo hablando con un niño. Otro límite son las experiencias que el niño haya vivido o a las que puede estar expuesto, en este caso teniendo mucho cuidado de no intentar prevenirlos de alguna situación de riesgo metiéndoles un fantasma en la cabeza. También, hay que ver si todo puede ser dicho con una canción o necesita otro formato como la crónica (que es el relato de un hecho cotidiano), la poesía, o hay que escribir un texto más explicativo para que sea leído en la escuela. La matriz de la canción infantil, como cualquier cosa artística, no puede ser lo políticamente correcto sino algo que te conmueva y que necesites decirlo artísticamente. Entonces, si te da cuero, hablá del tema que sea, pero si no te conmovió estás haciendo panfleto y eso los chicos lo detectan.
Justamente en el nuevo disco, además del humor y los juegos que caracterizan tu obra, hay canciones que hablan de cuando los adultos abusan del poder que tienen sobre los chicos o de los estereotipos que pesan sobre un niño por haber nacido varón…
Una es la crónica de lo que sucedía con un cura de mi pueblo, una anécdota cotidiana mínima en el sentido de que no era un cura que nos corría con las cañas o al cual le teníamos miedo si entraba cuando estábamos en el baño. Pero es el reflejo de una época donde un cura o un maestro le podían pegar a un chico con una regla en la cabeza. Lo que pasa es que esa canción se resignifica hoy con todo lo que pasó con los curas. Y la otra habla de los mandatos con los que crecemos los varones: demostrar quiénes somos, pelear, vencer, ser caballeros, hacer deportes arriesgados escondiendo nuestras emociones. Me gusta que en las canciones chicos y grandes puedan identificar situaciones de sus vidas cotidianas.
¿Qué pueden hacer padres y maestras para seguir acercando la música a los niños?
Lo importante es que los adultos compartan la música que a ellos las gusta escuchar, en el sentido de que el rato que les pongan una canción se queden ahí. Y cuando los chicos empiezan a pedir una que les guste a ellos los grandes la oigan con atención. Canela hacía una cosa con sus hijos que estaba piola: cuando los hijos veían dibujitos con los que ella no estaba de acuerdo hacía ejercicios de deconstrucción, se sentaba a verlos con ellos y decía “vamos a contar los golpes que se dan”. Entonces los chicos veían cuánto se pegaban en 5 minutos. Es una manera de acompañar críticamente. Yo siento que en esta época hay mucho de “los chicos tienen la posta” y ¡estamos en el horno si los chicos tienen la posta! Porque el chico espera que nosotros les pasemos el legado y después continuar con la posta. Pero si sólo por llegar ya la tienen ¿cuál es la herencia cultural que les damos? Que los papás no echen en saco roto su propia herencia, legado, recursos, la propia música que les gusta y la compartan amorosamente con los chicos y que también se abran a qué es lo que los chicos traen.
Cds, libros, tv, shows y premios
Pescetti crea a partir de la observación y la escucha atenta de las relaciones humanas, especialmente las que se dan en las familias y en la vida de los niños. Hizo tv y radio en México y Argentina y lleva editados seis discos, tres dvds (con grabaciones de sus shows en vivo) y más de 27 libros de literatura infantil, juvenil y para adultos, publicados en Latinoamérica y España. Recibió prestigiosos premios tanto por sus libros como por su música: Grammy Latino, The White Ravens de Alemania, Alija, Casa de las Américas de Cuba, Gardel y Konex (por la década 2001-2010).
Durante setiembre presentará su nuevo espectáculo en el Metropolitan de Buenos Aires y en la sección agenda de su blog pueden consultarse los conciertos en otras provincias.www.luispescetti.com
Publicada en La Valijita/Billiken (Ed. Atlántida), setiembre 2011.