Música alternativa para niños: Sonidos sentidos

Juegan con las palabras, exploran melodías y observan lo cotidiano de la vida infantil y familiar para devolverlo hecho canciones que divierten y emocionan. Con ritmos para todos los gustos, enriquecen la escena local y ofrecen una alternativa a los hits mediáticos: son músicos originales con sello propio.

Siempre es bueno ampliar el menú. Así como procuramos no darles a nuestros hijos todos los días la misma comida –porque sus cuerpos necesitan variedad de nutrientes para crecer fuertes- la misma atención requiere el alimento para sus almas: cuanto más rico y variado éste sea, más vitales, flexibles y profundas crecen aquellas. Por eso, ofrecerles en esta etapa buenos cuentos, poesías, bailes y músicas es tan importante como cuidar su salud física.   En nuestro país existe una gran tradición de músicos infantiles que trabajan sin estridencias pero con mucho ingenio, dedicación y alegría, cuyas obras podemos saborear en familia.Rock, blues, pop, jazz, folclore, tango, son algunos de los géneros elegidos por estos artistas que dedican sus creaciones a buscar que los chicos disfruten, se diviertan, bailen, pero también se detengan a explorar sus emociones, hagan lugar a la pausa y contacten con aspectos más hondos de sí mismos.   “En los recitales hay algunos momentos que son de bailar, y aparece una murga, un candombe, y hay muchísimos otros que son más sutiles, más íntimos, donde se logra una conexión muy importante con los nenes –explica la cantautora Mariana Baggio-, pero eso está hecho con mucho trabajo y con mucha búsqueda, no es sólo bajar la voz y cantar suavecito”.   Frente a la avasallante oferta a volúmenes altos de los medios masivos, es necesario ir acompañando a los niños en la formación de sus gustos y en la elección de lo que escuchan ya que esto les permitirá ir armando su propia sensibilidad musical. “Lo interesante es que hoy se componen canciones y espectáculos pensando también en que los padres o adultos que acompañan a los niños disfruten ellos mismos las obras”, sostiene el músico Sebastián Monk. Así, la tarea de los papás se vuelve más amena: ya no se trata de la exigencia de buscar buen material para que los chicos escuchen, sino de ir eligiendo en función de lo que a uno también le da placer, y compartirlo.

Los precursores
Sin lugar a dudas, fue María Elena Walsh quien –desde la década del 60- señaló en nuestro país un modo de escribir no sólo literatura sino música destinada al público infantil. Su gran apuesta fue ver al niño como un ser sensible, pensante y merecedor de un trabajo artístico dedicado y profundo, no como alguien que sólo quiere o necesita entretenimiento para pasar su tiempo divertido. Otras de las propuestas musicales precursoras en esta misma línea fueron los cuatro volúmenes de los discos Ruidos y Ruiditos de Judith Akoschky, el amplio y reconocido repertorio de Pipo Pescador y el ensamble vocal e instrumental surgido en 1969 en la provincia de Santa Fe, dedicado a difundir música de la Edad Media, el Renacimiento y folclórica a través de conciertos didácticos: el prestigioso conjunto Pro Música Niños de Rosario (ver recuadro Pioneros...).   Los músicos que hoy toman este legado, profundizan esa búsqueda y trabajan para ampliar las propuestas; y si bien podríamos agruparlos en una corriente de música infantil de autor, se han ido consolidando estilos propios, lo cual aporta diversidad sonora y enriquece las posibilidades de elección. Aquí, un breve recorrido por los intérpretes actuales más reconocidos.

Con sello propio
- Luis Pescetti (www.luispescetti.com) es uno de los que transgreden la forma acartonada de hablarles a los chicos de un mundo ideal, en el que no existen los conflictos. Las letras de sus canciones recrean con muchísima sensibilidad, humor y un agudo sentido de la observación, situaciones de la vida cotidiana en las que las familias transitan la ardua tarea de la convivencia: el chico que se queja porque la madre va a trabajar, la mamá que se angustia porque el pequeño no come, los retos que los papás no pensaban decir nunca y se encuentran repitiendo frente a sus hijos. En sus shows a teatro lleno interpreta canciones propias y juegos populares que levantan a chicos y grandes de las butacas. Está nominado para los premios Grammy Latino 2010 al mejor álbum de música para niños.
- Los Musiqueros
(www.teresausandivaras.com.ar) son Teresa Usandivaras, Julio Calvo y Pablo Spiller y desde hace veinticinco años tocan todos los ritmos que les gustan: chacareras, tangos, zambas argentinas, sambas brasileros, candombes, carnavalitos. A los instrumentos tradicionales, suman otros de creación propia como el chancletófono (tubos de pvc percutidos con chancletas), el globinete (un clarinete hecho con un tubo de pvc y un globo de cumpleaños), el sweet banjo (construido con una lata de dulce de batata y la pata de una silla).
- Caracachumba (www.caracachumba.com.ar) es otro de los grupos que alcanzó gran popularidad, realizando varias temporadas en teatros de la porteña calle Corrientes en las que presenta un repertorio centrado en canciones rioplatenses con una fuerte puesta en escena y teatralizaciones con clowns y títeres.
- Mariana Cincunegui (maricincutaller.blogspot.com) sumó su aporte desde el rock y el pop cuando a comienzos de los 90 formó parte del mítico disco Piojos y Piojitos (con la participación de Fito Páez). Desarrolla desde hace años un taller experimental de música para chicos que es la usina creativa donde enriquece sus variadas propuestas: la última relacionada con los mandalas y la música como un espacio para reconectarse con lo esencial.
- Mariana Baggio (www.barcosymariposas.com.ar) juega mucho buscando los sonidos que acompañen las canciones que escribe. Su último disco, Barcos y Mariposas 3, es íntegramente de su autoría y para elegir las sonoridades trabajó con su productor primero probando instrumentos que vienen pre grabados en programas de computación (donde pueden elegirse desde clarinetes hasta trompetas chinas) y luego haciendo las adaptaciones para grabar en formación de sexteto.
- Magdalena Fleitas
(www.magdalenafleitas.com.ar) se aboca a los ritmos latinoamericanos, ya que además de sentir que son disfrutables y alegres, cree que son un bálsamo que nos recuerda el contacto con la naturaleza que vamos perdiendo en las ciudades. Recopiló pequeños cantos y voces de niños latinoamericanos cuyas tonadas aparecen en discos coloridos. En sus presentaciones en vivo hay un gran despliegue de músicos y bailarines folclóricos.
- Sebastián Monk (www.sebastianmonk.com) no realiza presentaciones en teatros pero su trabajo tiene gran divulgación en Jardines y escuelas donde produjo discos para que los docentes pudieran renovar el repertorio utilizado en los actos patrios. Además, grabó un cd íntegramente de canciones de cuna: Nuevas canciones para niños sin sueño.

Todo a pulmón
Para ninguno de quienes hoy han logrado un reconocimiento en la escena de la música infantil de autor el camino ha sido fácil. La gran mayoría optó por la producción independiente debido a que, por un lado, las compañías discográficas sólo aceptaban grabar los éxitos comerciales de la tv y porque, por el otro, eso les permitía tener más control sobre sus obras y no quedar sometidos a contratos leoninos. Esto implicó que fueran los mismos artistas quienes debieran encargarse de la realización integral de los discos, de su distribución y difusión, así como de la organización de las presentaciones en vivo.   Frente a este panorama, varios músicos se agruparon para compartir experiencias sobre cómo gestionar y comercializar sus obras, y consolidar un espacio para la difusión de sus propuestas. Surgió así, en 1997, el MOMUSI (Movimiento de Música para chicos) con el fin de que un público cada vez más amplio accediera a mensajes musicales diversos (ver recuadro Momusi…).   “El trabajo ininterrumpido del Momusi en los últimos años es una de las principales causas por las cuales cada vez más familias se acercan a conocer estas músicas”, señala Julio Calvo, integrante de Los Musiqueros y miembro fundador de la asociación. Y agrega que “otro de los motivos es que en los últimos años el Ministerio de Cultura de la Nación comenzó a reconocer la importancia de difundir la música alternativa para los niños y las niñas de todo el país, contratando a los grupos para que toquen en teatros, festivales y escuelas de distintas provincias argentinas y que realicen jornadas de capacitación con los docentes”. Calvo sostiene que “es el Estado quien principalmente debe apoyar estas iniciativas ya que las empresas privadas no lo hacen porque no es rentable ir a tocar a un pueblito de La Rioja, por ejemplo”.

De oreja a oreja
Otra de las maneras más eficaces para difundirse ha sido el boca a boca. Así, padres que disfrutaron de shows en vivo o música grabada, recomendaron los espectáculos o música a otros. También es fundamental el trabajo que hacen maestros y maestras de música en el Jardín: “A veces los padres no tienen tiempo de estar escuchando cosas nuevas o simplemente se enganchan más con la música comercial de los medios –señala Mariana Baggio-; entonces el rol del maestro es fundamental ya que en la sala puede incorporar nuevas canciones, ampliar el repertorio, marcar una estética, una sensibilidad”.
Sin dudas, las canciones de la infancia quedan grabadas en la memoria emocional. Construyen un espacio interno que es un refugio de ternura al que recurrir para reconectarnos, para buscar otras cosas, para buscar el amor.   

Recuadros
1-    MOMUSI: educar la escucha
Cuando a fines de los 90 un grupo de músicos –hoy coordinados por María Teresa Corral y Daniel Viola- se reunieron para pensar en conjunto estrategias con el fin de obtener escenarios para la música infantil alternativa, el panorama local mostraba una cartelera cultural llena de propuestas para chicos, pero ninguna específica sobre música, salvo aquellas encabezadas por el marketing de éxitos televisivos. Con los años, el movimiento se convirtió en un referente de música de calidad en América Latina y hoy agrupa a músicos, compositores, docentes, e interesados en la creación y la difusión de la música infantil de todo el país. Entre sus actividades se encuentran la realización permanente de recitales de los artistas consagrados y los nuevos, la organización de encuentros nacionales y regionales de la canción infantil para que los creadores compartan materiales y experiencias, la capacitación docente para el trabajo en las aulas, la venta de discos durante los recitales y el envío a domicilio a través de la página web. www.momusi.org.ar

2-    En todo el país
En la actualidad, el panorama de la música infantil alternativa crece, las propuestas se consolidan y surgen nuevas para todos los gustos. Además de los mencionados en la nota, otros nombres a tener en cuenta dentro de este movimiento artístico son: La Banda del Grillo, 5 En Cantando, Sonsonando, Al Tun Tun, Coqui Dutto, Jorge Marziali, Coco Romero, Cielo Arriba, Indio Universo, Graciela Mendoza, Los Tinguiritas, Lalá canciones, Raúl Manfredini, El Murgón de la Esquina, La Chicharra, Hugo Figueras, Tribumadre, Malena Sosa Sacchi, El Resorte, Fábulas del Monte y Jorge del Viso, entre otros.

3-    Pioneros: el Pro Música de Rosario
por Susana Imbern, del grupo Pro Música Niños de Rosario / www.promusicarosario.org.ar
En la escena actual hay propuestas muy tentadoras para los chicos porque están muy bien pensadas y los respetan… y otras que no. Yo también tengo una hija de 4 años y me encanta ver algún espectáculo en que aparezcan muñecos, pantallas gigantes o imágenes computarizadas. Pero la propuesta nuestra es absolutamente diferente: no hacemos espectáculos sino conciertos, donde la protagonista es la música por sí misma. Interpretamos estilos diversos, de épocas distantes, con distintos timbres y colores musicales, usando desde instrumentos renacentistas hasta folclóricos porque el arcoíris que existe -la cuestión cromática- es realmente grande. Nos interesa que chicos y papás se vayan diciendo “mirá todo lo que se puede escuchar, todo lo que se puede hacer. Mirá qué lindo suena este instrumento que no conocía…”.

Publicado en revista La Valijita/Billiken (Ed. Atlántida), octubre 2010.